En una era en la que la primacía de datos y estadísticas cuestionan el valor de la verdad humanística, el Instituto Razón Abierta ha sido fundado en este 2019 tras años de trabajo conjunto entre la Universidad Francisco de Vitoria y la Fundación vaticana Joseph Ratzinger. A pocas semanas del fallo de los prestigiosos Premios Razón Abierta, ya en su tercera edición, la Revista Comunicación y Hombre celebra la celebración del Congreso Razón Abierta en nuestra universidad el próximo mes de septiembre con motivo del 25º aniversario de la fundación de la institución. Para ello charlamos con dos expertos en la búsqueda de la verdad y del repensamiento, María Lacalle, vicerrectora de Profesorado y Ordenación Académica de la UFV y con Max Bonilla, coordinador de los Premios Razón Abierta.
1) Para contextualizar, ¿qué valores y objetivos persigue el equipo de Instituto Razón Abierta?
MARÍA: El Instituto Razón Abierta nace en 2019 con el objetivo de promover y facilitar la cooperación entre razón y fe en la búsqueda universitaria de la verdad. Sus objetivos son, principalmente, tres: gestionar los premios Razón Abierta, liderar el repensamiento en la UFV y dinamizar una red internacional de docentes e investigadores de razón abierta. Entendemos por razón abierta, siguiendo a Benedicto XVI, aquella que busca una comprensión integral de la realidad, desde la totalidad de lo que somos. La razón abierta, permeable al corazón y a la fe, no le resta rigor ni validez científica a la vida académica, sino que ilumina todo el quehacer universitario y lo llena de sentido.
Los Premios Razón Abierta ya van por la III edición. Nacieron en 2016, fruto de la colaboración entre la Universidad Francisco de Vitoria y la Fundación Joseph Ratzinger. Ambas entidades están implicadas, cada una a su manera, en la búsqueda de la verdad desde la razón ampliada, y se han unido en este proyecto para impulsar en el ámbito universitario una nueva forma de investigar y de enseñar basada en la propuesta de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.
2) Gracias a la labor del equipo de Razón Abierta, ¿considera que es factible crear una comunidad de investigadores que persiga la búsqueda de la verdad más humanística escondida tras la ciencia o el arte?
MAX: Sí. Ya estamos en ello. Tenemos a muchos profesores que a través de sus estudios están expandiendo el concepto de sus propias ciencias a través del diálogo más profundo entre la filosofía y la teología con sus propias ciencias. Lo que tenemos es un trabajo que tardará años en desarrollarse plenamente ya que llegar a comunidades académicas de todo el mundo (e invitarlos a expandir el horizonte de la razón) no es trabajo fácil. Promovemos aquello que la Universidad Francisco de Victoria empezó ya desde hace mucho tiempo, lo que llamamos repensamiento. Poco a poco se nos están uniendo universidades y grupos de investigación procedentes de Estados Unidos, Latinoamérica o Europa. La fundación vaticana Joseph Ratzinger nos anima mucho en este proyecto, y a través de su nombre nos da una visibilidad en el mundo que no podríamos tener de otro modo. Esto significa que la Universidad Francisco de Vitoria no sólo está creando su propia comunidad de pensadores y buscadores de la verdad, sino que también está ayudando a la expansión de comunidades de repensamiento en el mundo. Sin duda, este es el concepto que deberíamos tener en cuenta a la hora de entrar en un diálogo profundo entre la ciencia particular con la filosofía y/o la teología.
3) ¿Cómo surgió la idea de premiar la labor de ámbitos profesionales académicos tan aparentemente dispares como el científico, artístico o filosófico? ¿Atienden todos ellos a una misma búsqueda de la verdad?
MARÍA. Lo que se premia es el esfuerzo de profesores e investigadores por buscar la verdad, cada uno en su área de conocimiento, pero siempre superando la fragmentación de las ciencias particulares y aspirando a la unidad del saber, desde la razón ampliada y a partir del planteamiento de las preguntas fundamentales. Cuando un científico o un artista se plantea las preguntas por la persona, por la verdad, por el bien y por el mal, por la belleza, por el sentido, necesita superar los límites de su propia ciencia o arte y generar un diálogo con la Filosofía y la Teología, que son las ciencias del significado. Es decir, lo que se premia es el diálogo entre las ciencias o artes particulares y la filosofía y la teología, o viceversa.
4) ¿Hasta qué punto los proyectos ganadores trascienden la intelectualidad académica y llegan a ser tangibles en el día a día?
MAX. Muchos de los proyectos que se presentan a los Premios Razón Abierta tienen impacto directo en las aulas y por lo tanto en muchísimos estudiantes en todo el mundo. Ya sean proyectos de investigación o de docencia, gran parte de ellos han incidido en el trabajo y en la vida de las personas. Doy dos ejemplos breves. El primero fue un proyecto de protección del ambiente pasado en la encíclica Laudato Si. Este proyecto se está expandiendo en el mundo a través de la red de jesuitas, que es muy grande, y esta siendo traduciendo en múltiples idiomas. Así, le llegará a más gente de la que ha llegado hasta ahora, para hacerlas entender el valor de la creación. El segundo ejemplo es de un curso de diálogo entre ciencia y religión que esta afectando a cientos de profesores de colegios en los Estados Unidos. A través de estos, se está mejorando el respeto entre la ciencia y la religión en la mente de miles de estudiantes en colegios de los Estados Unidos. Otros ejemplos y más información se puede encontrar en nuestro sitio web, www.razonabierta.org.
5) ¿Es necesario que el mundo universitario incorpore nuevas perspectivas de búsqueda de verdad al margen de la racionalidad científica que impera en un contexto social al servicio del conocimiento empírico?
MARÍA. Es muy necesario superar esa autolimitación positivista que nos hemos impuesto, pues si no lo hacemos dejamos fuera del ámbito científico las cuestiones más profundamente humanas. Cuando se prescinde de las preguntas fundamentales se corre el riesgo de generar una ciencia que olvida a la persona y el bien común, una ciencia desalmada, sin corazón. Por el contrario, la incorporación de la filosofía y la teología a la reflexión científica no solo no le resta ni un ápice de validez ni de rigor, sino que la ilumina en su búsqueda de sentido.
6) Nuestro nuevo número está centrado en el impacto del Big Data en la esfera de la comunicación. ¿Usted cree que las sociedades actuales estamos encaminadas a un olvido del sentido del diálogo en pos de choques de estadísticas, evidencias científicas y, en definitiva, argumentos en donde abundan datos pero escasea la ética?
MARÍA. No lo creo. Ciertamente, nuestras vidas van a cambiar mucho en poco tiempo, pero cometeríamos un gran error si pensáramos que se puede prescindir de las relaciones humanas o que la búsqueda de la verdad y del bien ya no son importantes en la era digital. Confío en que sabremos aprovechar las ventajas de los grandes avances tecnológicos sin caer en el error de absolutizar la técnica en detrimento de la persona y sus relaciones.
7) En escasas semanas se conocerá el fallo del jurado de los Premios Razón Abierta y el próximo 19, 20 y 21 de septiembre tendrá lugar una nueva edición del Congreso Razón Abierta. ¿Podría anticiparnos qué podrán ver y, ante todo, escuchar los asistentes a este acto?
MARÍA. El Congreso va a ser un evento de gran altura académica, que nos brindará la oportunidad de disfrutar de un verdadero diálogo de razón abierta en distintas áreas: Psicología, educación, medicina, ciencias experimentales, videojuegos, bellas artes, humanidades, informática… Además, conoceremos a los ganadores de esta tercera edición de los Premios, y tendremos la ocasión de convivir con ellos y descubrir su itinerario vital y su planteamiento científico o docente. Esperamos que los asistentes a este acto no se limiten a asistir, sino que aprovechen la ocasión para participar en los coloquios y en las mesas interactivas que estamos preparando. Esperamos, en definitiva, que sea un encuentro fecundo de buscadores de razón abierta.
8) ¿Cuáles son los retos que se plantean en la dirección de los Premios y el Congreso, respectivamente, para los próximos años? ¿Asistiremos a una mayor internacionalización en la participación en los Congresos? En las pasadas ediciones – y en la próxima – el Congreso Razón Abierta contará con la presencia de importantes docentes de universidades de todo el mundo.
MAX. El reto que afrontamos con relación al futuro con los Premios y con el Congreso es la realidad de que nuestro éxito nos invita a mejorar cada vez más. Con ello queremos que la calidad de ambos incremente cada año. Así ha sido hasta ahora y seguramente este año veremos otro incremento en la calidad. Este año tenemos un gran grupo de candidatos a los premios que son intelectuales de mucho peso, como tenemos también muchos estudiosos que van a venir de todo el mundo para presentar en nuestro congreso del 19 al 21 de septiembre en la UFV en Madrid. El congreso este año será aún más grande que los años anteriores, con representantes internacionales de mucho nivel. Posiblemente este será el mejor y mas grande Congreso Razón Abierta que hemos tenido hasta ahora. Es una gran suerte que este año, en vez de ser celebrado en Roma, lo estamos celebrando en Madrid para celebrar el 25 aniversario de la fundación de la Universidad Francisco Vitoria. Continuaremos en ese camino preparando el futuro, buscando mayor financiación para incrementar nuestros proyectos de Razón Abierta, y para continuar a desarrollar la red y el impacto de nuestro trabajo en la sociedad.