El último libro del filósofo y jurista Javier Barraca Mairal, titulado Originalidad e Identidad personal: claves antropológicas frente a la masificación requiere de tiempo en su lectura debido a que si bien no es en demasía extenso, por el contrario, sus párrafos procuran dejar entrever diversas afirmaciones secundadas con una sólida argumentación filosófica cercana al denominado “personalismo dialógico”, aunque siguiendo la estela de ideas dibujada por el propio autor sería más correcto referirse a la “filosofía de la persona y del diálogo”, que son de por sí bastante profundas, por cuanto se adentran en los mares de la propia identidad, estudiándola como un misterio, pero como uno razonable y vivible, y quizás esencialmente construible.
La estructura de la obra se cimienta sobre cuatro capítulos que si bien están perfectamente interconectados, cada uno reviste su propio marco introductorio así como sus debidas conclusiones.
Posiblemente el objetivo más plausible de esta publicación sea el análisis crítico de la identidad personal en clave de subjetividad, desde el punto de vista de diversos autores tales como Lévinas, López Quintás, Wojtyla y otros, y aunque su discurso resulta aparentemente antropológico posiblemente sea en lo esencial, metafísico. Se puede afirmar que de todas las obras del autor esta es sin duda la ontológica por excelencia. Ahora bien, que no se piense que simplemente se recogen las opiniones de variados y reconocidos pensadores, sino que tales son el trampolín para el sostén de las ideas propias de nuestro autor.
De hecho Barraca expone que su principal aspiración es procurar descubrir las raíces más profundas de nuestra identidad y originalidad personales, indagando en torno a la peculiar belleza de las mismas. Para ello, su entramado filosófico también presenta tintes poéticos. Existe un notable parecido en el expresar de sus ideas tal como lo hacía Ricoeur, lo cual es otro elemento que llama a la lectura del presente libro.
No menos importante, como objetivo de tan encomiable esfuerzo, es el afán de entender su reflexión en tal identidad y originalidad como una tarea que a todos nos concierne, porque, y es aquí a mi juicio una de las principales aportaciones de la obra, la búsqueda constante en la misma invita a su construcción responsable, lo que nos ayuda a vivir nuestro propio y característico ser, con una verdad o autenticidad y una libertad en constante devenir y crecimiento.
Otra idea matriz que funda la obra del profesor Barraca se encuentra en el hecho de que valorar nuestra propia identidad tiene, además, otra particular virtud. La cual es poseer el grato efecto de transformar, a su singular luz, nuestra existencia entera. Ello obedece a que nuestra identidad personal ilumina y hace valioso, original, todo aquello que ella toca; es decir, en definitiva, cuanto nos alcanza, tal como lo escribe el propio autor.
El filósofo madrileño, a su vez, reconoce que en la actual sociedad del consumo y la masificación existen diversos medios que pueden contribuir a obstaculizar el camino mencionado anteriormente, por cuanto provocan la disgregación de tal subjetividad, entendida como manifestación concreta y singular de una fuente originaria que es el propio Dios.
Javier Barraca no sólo cita autores del pensamiento de la talla de Kierkegaard, de Spaemann, sino que además también se adentra en el estudio de algunos clásicos de la literatura como Sófocles, Cicerón, Cervantes y Unamuno, etc., es decir, entiende que la construcción personal de la originalidad e identidad, si bien es tarea vocacional con claras connotaciones trascendentales también baña gran parte de los mejores esfuerzos de nuestra cultura.
En definitiva un libro que acompaña en ese cuestionamiento que cada persona, varias veces en el hacer de su destino, se hace: ¿quién soy? ¿para qué soy? Barraca Mairal no nos regala respuestas pero sí manifiesta una seria argumentación que contribuye a encontrarlas.