1. Introducción
Durante los primeros meses de la pandemia, varios estudios trataron de valorar el impacto que la situación provocada por la covid-19 estaba teniendo en la percepción social de la ciencia. Mientras que Agley (2020) no apreciaba cambios significativos en la confianza que la ciencia despertaba en la ciudadanía estadounidense al comparar las opiniones recogidas en diciembre de 2019 y marzo de 2020, Funk y Tyson (2020), basándose en las encuestas llevadas a cabo por el Pew Research Center a finales de abril de 2020, subrayaban que la valoración de los científicos del ámbito de la salud había crecido notablemente en Estados Unidos tan solo un mes después. De manera similar, los sondeos periódicos de Wissenschaft im Dialog (2020) mostraban que la investigación científica había ganado en credibilidad para la población ale- mana desde la irrupción de la pandemia. En Francia, en cambio, la tendencia era la contraria, si atendemos a las encuestas realizadas por Ipsos & Sopra Steria para el Centre de Recherches Politiques de Sciences Po (Cevipof, 2020), donde se apreciaba una reseñable bajada de diez puntos en la consideración de los científicos en abril de 2020. Mediante un acercamiento diferente al asunto, Eichengreen et al. (2021) señalaban también las consecuencias negativas que la covid-19 podría conllevar para la ciencia. Tras analizar los efectos de anteriores pandemias a nivel internacional, los autores preveían que, mientras que la institución científica mantendría su estatus, la imagen de los científicos y la valoración de los beneficios de su trabajo por parte de la ciudadanía podrían verse afectadas por la excepcional situación sanitaria.
Pese a que todos estos artículos e informes trataban de arrojar luz sobre el grado de confianza que la ciudadanía deposita en la empresa científica en plena pandemia, la multiplicidad de enfoques, metodologías y encuestas, así como los distintos momentos de reali- zación y ámbitos geográficos a los que se aplicaban, acabaron derivando, como vemos, en resultados bien diversos. Desviándose de la consideración de estas variables, el sociólogo Michel Dubois (2020) subraya la exposición mediática de ciencia y científicos durante aquellos meses y apunta precisamente a ella como causante de las conclusiones divergentes a las que llegan investigaciones como las recién referidas. Aunque esta visibilidad sin precedentes implica ineluctablemente a todo el sistema híbrido de medios (Chadwick, 2013), no pode- mos obviar el importante papel desempeñado por la televisión, cuyo consumo se disparó espectacularmente en el inicio de la pandemia. Diversos artículos se han acercado a este fe- nómeno para dar cuenta de que la televisión consiguió los mayores porcentajes de consumo de noticias frente al conjunto de medios (Casero-Ripollés, 2020; Montaña et al., 2020; Masip et al., 2020) y lideró la confianza de los ciudadanos en la información sobre la crisis sanitaria, además de convertirse en referencia fundamental incluso para los jóvenes (Casero-Ripollés, 2020; Montaña et al., 2020).