1. Introducción
En la primera parte del siguiente artículo, el autor analizará la dimensión social del miedo relacionada con la construcción del Estado nación moderno en el contexto europeo. El autor explorará algunos conceptos sociológicos centrales para la discusión sobre el marco político y social en el que se estableció el Estado nación moderno; el autor explorará el nacimiento de la identidad nacional en su atribución moderna desde finales del siglo xix en adelante. Junto con la necesidad de una cultura homogénea, el Estado nación ha comenzado a lidiar con el reclamo emergente de las minorías étnicas de ser reconocidas legalmente. Ese fenómeno social ha movido a los estudios sociológicos a comprender mejor la realidad que nos rodea. El proceso de identificación, internalización y externalización social y cultural de los paradigmas culturales, junto con la figura del forastero, han sido estudiados por las teorías sociológicas clásicas.
En la segunda parte del artículo, el autor explorará el pensamiento sociológico desde Schütz hasta Simmel, los sociólogos pioneros cuya obra ha estado en el centro de los estudios sociales modernos sobre el significado de la interacción en los grupos sociales en relación con la figura del extranjero. El autor explorará algunos aspectos teóricos del interaccionismo simbólico junto con algunos rasgos del enfoque realizado por los sociólogos de la escuela de Chicago, entre otros, R. E. Park.
El autor centrará la última parte del artículo en el impacto de las narrativas mediáticas y en la construcción de la representación social de los migrantes en la contemporaneidad; las narrativas mediáticas continúan dando forma a diferentes verdades sobre la realidad que nos rodea, especialmente cuando se abordan temas globales, como el fenómeno migratorio. Por un lado, las narrativas mediáticas comunican diferentes tipos de emociones, a menudo miedo o decepción, contribuyendo a la creación de una imagen estereotipada del otro/extranjero. Por otro lado, el auge de las comunidades globalizadas y el del nuevo espacio urbano de los paisajes étnicos contribuyen a dar forma a una nueva forma de identidad, dando lugar a una contranarrativa sobre la dicotomía extranjero/nacional; una nueva forma de grupos sociales ha comenzado a configurarse a partir de la frontera físico-geográfica del Estado nación.