1. Introducción
Nos enfrentamos a un complejo proceso de transformación antropológica (Dominici, 2005), digital y cibercultural. El escenario es un cambio de paradigmas, modelos, códigos, nuevos valores y criterios de juicio que los extraordinarios descubrimientos científicos e innovaciones tecnológicas, no sólo amplían los horizontes y escenarios todavía inimaginables, sino que evidencian aún más la urgente necesidad de replantear, de una manera radical, la educación, la formación y el modelo enseñanza, como consecuencia de la inadecuada preparación sustancial de la escuela y la universidad para enfrentar la hipercomplejidad, la indeterminación y opuesta ambivalencia de la metamorfosis actual, frente a la ampliación a escala global de todos los procesos políticos, sociales y culturales.
La “nueva “velocidad digital, en la interacción compleja entre el factor humano y el sis- tema de relaciones sociales, conserva la ambivalencia original de cualquier “factor” de cambio y cualquier proceso social y cultural; una ambivalencia que, además de ser una extraordinaria oportunidad, también pone en relieve nuestros límites y nuestras ineficiencias -a nivel personal, organizativo y social- pero, sobre todo, nos deja poco tiempo para la reflexión y el análisis crítico. Teniendo en cuenta esta inadecuada preparación sustancial y la irreversibilidad de estos procesos y dinámicas, nos encontramos con que existe un riesgo real de centrar la atención exclusivamente en la dimensión tecno- lógica, subestimando el factor humano en lo que respecta al sistema de relaciones, el contexto educativo y cultural, los mundos vitales y las nuevas asimetrías.
En este sentido, la educación y la formación crítica para la complejidad y la responsabilidad constituyen las “herramientas” complejas de construcción social, primero, de la persona y segundo, del ciudadano; herramientas que definen las mismas condiciones estructurales, así como las reglas de involucración, las “nuevas” formas de ciudadanía (global) y la inclusión, todo esto con la idea de encontrar su espacio en la sociedad del conocimiento. Estos son requisitos fundamentales para una educación preparatoria -no sólo digitales- que involucran a múltiples niveles de análisis e intervención. Pero, no debemos contentarnos solo con dar a conocer las diferentes variables presentes en el juego.