Resumen
Este artículo estudia la teoría del crítico de la cultura George Steiner acerca de las creaciones textuales humanas y su relación con la presencia de Dios. Se parte del logocentrismo propio de la filosofía griega y del pensamiento judeo-cristiano (del que se deriva la inteligibilidad del universo y la significatividad del lenguaje), para llegar a la deconstrucción de Mallarmé, Rimbaud, Sartre o Derrida. JuntoSteiner con Steiner, se propone una poética de lo primario, un encuentro directo con las creaciones textuales humanas, que favorezca, a su vez, la revelación de la huella divina latente en toda gran creación artística.
Introducción
El escritor D. H. Lawrence, que escandalizó a la sociedad victoriana de principios del siglo XX con sus novelas (prohibidas o expurgadas por su alto voltaje erótico), confesaba a un amigo en una carta de 1913:
Hay tantas pequeñas inquietudes que impiden que lleguemos a la esencia desnuda y real de nuestra visión. […] A menudo pienso que uno tiene que ser capaz de rezar antes de trabajar y luego dejarlo al Señor. ¿No es un trabajo duro y difícil luchar a brazo partido con la propia imaginación, lanzar todo por la borda? Siempre siento como si estuviera desnudo, dispuesto a ser atravesado por el fuego de Dios todopoderoso; y es una sensación bastante horrible. Hay que ser terriblemente religioso para ser artista (Lawrence, 2002: 519).
Estas palabras de Lawrence pueden servir de punto de partida en nuestro viaje por uno de los temas centrales de la obra de George Steiner, crítico de la cultura y comparatista europeo, quien puede considerarse como uno de los mayores humanistas de los últimos cincuenta años. Así, la confesión de Lawrence entronca con la indagación que realiza Steiner –a lo largo de toda su obra– acerca del misterio de la creación artística y su relación con la presencia de Dios. ¿Hasta qué punto depende el misterio de la creación artística de la trascendencia religiosa? ¿Es factible un arte inmanente, un arte sin Dios? ¿Son posibles las creaciones humanas sin una creación divina previa, que las funde o sustente? ¿Qué implicaciones acarrea la impugnación deconstructivista del logocentrismo, del principio teológico que, durante dos milenios, ha fundamentado el arte, la filosofía y la cultura en Occidente?