Resumen
La crisis financiera de 2008 extendió el uso del término infoxicación unido al uso intensivo de las tecnologías de la comunicación. En 2016 irrumpen con fuerza dos términos: posverdad y fake news. Han pasado cuatro años y la desinformación es protagonista secundario en la crisis sanitaria del Covid-19 y la crisis socioeconómica consiguiente. La Unión Europea identifica la desinformación como un verdadero peligro para las democracias y diseña un plan de acción.
Abstract
The 2008 financial crisis extended the use of the word infoxication in the wake of the intensive use of communication technologies. Two more terms burst onto the scene in 2016: post-truth and fake news. Four years later disinformation has played a supporting role in the COVID 19 pandemic and the ensuing socio-economic crisis. The European Union has flagged up disinformation as a real danger to democracy and has drawn up an action plan in response.
1. Introducción
La Unión Europea defiende la libertad de expresión tal y como aparece incluido en la Carta de Derechos Fundamentales, al mismo tiempo que actúa en contra de la desinformación por considerarla una práctica antidemocrática. En su Plan de Acción de lucha contra la desinformación (Comisión Europea, 2018), plantea una serie de acciones dirigidas a combatir la creciente desinformación y fomentar la alfabetización informacional.
2. La infoxicación como parte de un ecosistema de desinformación
El término infoxicación provoca, en su reacción, la aparición del concepto de desconexión. Sin duda, la infoxicación se produce en un entorno digital, por lo que la mayoría de los consejos dirigidos a evitar sus efectos de estrés, miedo, desinformación, dependencia, etc., pasan por desconectarse durante periodos de tiempo más o menos largos o establecer objetivos de información focalizados sobre temas de interés concretos. Cuestión difícil en un modelo social dirigido a primar el denominado always on y lejos de comprender las razones de la infodieta o desconexión.
Difícil pero posible. La decisión de desconectar en un entorno hiperconectado cuenta con ejemplos como el de Mar Cabra, periodista y ganadora de un premio Pulitzer en 2017 con solo 33 años. Mar Cabra se confiesa víctima del llamado Síndrome de Burnout o «síndrome del trabajador quemado», provocado por jornadas de teletrabajo sin límite y un uso intensivo de la tecnología. Esta situación la llevó a la hiperconexión, a la infoxicación y a ser víctima de «la economía de la atención: la que hace ganar dinero a las aplicaciones según el tiempo que pasamos en ellas» (Cabra, 2019). Junto con ella, son muchas las personas que recomiendan la desconexión durante unas horas o durante uno o varios días.
Otra dimensión de la infoxicación es el papel protagonista que están adquiriendo los algoritmos en el desarrollo de la inteligencia artificial. Un papel preeminente en cuanto a su influencia en la toma de decisiones. En este contexto, la reciente creación del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial (OdiseIA https://www.odiseia.org) del que Mar Cabra forma parte dentro de su junta directiva, analiza desde las humanidades este tipo de desafíos.
La infoxicación es, en parte, una consecuencia de la falta de atención crítica hacia el entorno y de una acusada pereza intelectual. Hoy en día, la lectura pausada, la interpretación crítica o incluso el esfuerzo de comprensión que requiere enfrentarse a un texto, son elementos incompatibles con la rapidez que exige la viralización, la instantaneidad demandada por las redes sociales, el creer necesaria la multiconexión y, se podría decir, «lo inmensamente global» de la globalización.