Resumen
El objetivo de esta investigación persigue analizar el papel ético y pedagógico de la televisión pública andaluza durante la pandemia, atendiendo al tratamiento de las fake news desde la teoría de la agenda setting y el framing. Para esclarecer el grado de importancia en el tratamiento informativo aplicaremos el análisis de contenido desde una perspectiva estructural compleja, ciñéndonos a una muestra de 24 noticias aparecidas en Canal Sur TV durante el estado de alarma. El estudio se enmarca en la incertidumbre y dependencia informativa como causas directas de la infodemia (OMS; Zaracostas, 2020), así como de la desestabilidad informativa y emocional en las que emergen las noticias falsas. La originalidad del trabajo radica en la relación transdisciplinar entre infoxicación, redes sociales y responsabilidad periodística en un contexto de vulnerabilidad social a consecuencia del Covid-19. Los resultados que se desprenden del análisis sobre los indicadores variables que condicionan la producción audiovisual y las variables referidas al contenido de la noticia diagnostican una falta de concordancia entre el problema de los desórdenes informativos y el tratamiento en la televisión. Esto nos hace suponer una falta de responsabilidad desde los medios de titularidad pública, que en momentos de inestabilidad, necesitan alfabetizar mediáticamente al ciudadano.
Abstract
The objective of this research seeks to analyze the ethical and pedagogical role of Andalusian public television during the pandemic, taking into account the treatment of fake news from the theory of agenda setting and framing. To clarify the degree of importance in the news treatment, we will apply content analysis from a complex structural perspective, sticking to a sample of 24 news items that appeared on Canal Sur Tv during the state of alarm. The study is framed in the uncertainty and information dependence as direct causes of the infodemic (OMS, 2020; Zaracostas, 2020), as well as the informational and emotional instability in which false news emerge. The originality of the work lies in the transdisciplinary relationship between infoxication, social networks and journalistic responsibility in a context of social vulnerability as a result of Covid-19. The results that emerge from the analysis of the variable indicators that condition audiovisual production and the variables related to the content of the news diagnose a lack of concordance between the problem of news disorders and the treatment on television. This suggests a lack of responsibility from publicly owned media, which during times of instability, needs to educate citizens through media literacy.
1. Introducción
La crisis del Covid-19 ha ocupado todo el espectro informativo desde que estalló la pandemia y se produjo su llegada a España. Los espacios informativos, en cualquiera de sus formatos, se han adaptado a una situación que no ha dejado lugar a otras informaciones, reconfigurando así la propia agenda setting de los medios (McCombs y Shaw, 1972) y orquestando un nuevo producto monotemático.
A esto se suma la proliferación de noticias falsas o fake news que han minado esos espacios de información y que son un apéndice de la desinformación (Serrano, 2009), si estendemos a estas englobadas dentro de los desórdenes informativos (García Marín, 2020; Ireton y Posetti, 2018).
En esta ocasión, esa introducción de noticias falsas con un interés movilizador de la opinión pública (Lippman, 1922) ha calado en una sociedad más sensible y más expuesta al mundo digital. Por ello, la crisis del Covid-19 ha supuesto el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de la denominada infodemia (Adhanom Ghebreyesus, 2020; Zarocostas, 2020), cuyo objetivo se apoya en formar rápidamente una opinión pública polarizada, según Mora (2005) «la opinión pública se manifiesta en fenómenos a corto plazo» (citado en Rubio Ferreres, 2009).
Desde la llegada de las nuevas tecnologías, la infoxicación actúa en las democracias como una censura encubierta que «funciona por demasía, por acumulación, por asfixia» (Ramonet, 1998: 40). La desinformación aglutina los condicionantes sociales, económicos y políticos de los nuevos tiempos y una modificación en las conductas asociadas que derivan en un asunto complejo y multidisciplinar (Torres Soriano, 2020: 9).
Durante la pandemia se ha generado una basta cantidad de información, producida exponencialmente por las instituciones y organismos gestores de la crisis, que ha modificado a través de la agenda política y pública la selección de noticias (Rogers y Dearing, 1988). Canel, Llamas y Rey afirman que «los medios de difusión transfieren al público tanto la percepción de los «temas» o «problemas» sobre los cuales se ha de fijar la atención como su propia importancia relativa o «prominencia» dentro de la propia agenda» (citado en Macedo García, 2017: 92).
Los medios de comunicación tradicionales como la prensa, la radio y la televisión han pretendido cumplir su papel ético dando cuenta de las desinformaciones y fake news aparecidas en redes sociales posicionándolas en su agenda setting. La selección de noticias (Casero-Ripollés, 2008: 193) también se ha visto condicionada por lo acontecido en el mundo cibernético, actuando así a posteriori como si de una herramienta de fact-cheeking (Amorós García, 2018: 154) se tratase. En este sentido, los medios de comunicación públicos tienen la obligación moral de cumplir su función ética y social, pues solo de esta manera la esfera pública presentará la realidad de manera crítica (Habermas, 1992).
Además de la sensibilidad de la audiencia, que ha sufrido un aislamiento por primera vez en generaciones –en España con el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo–, la necesidad de información para comprender la realidad ha otorgado a la comunicación y a los medios un papel preponderante, intensificado en situaciones de crisis como la presente (Lippman, 1922).