1. Palabras preliminares: una visión de nuestro entorno
A lo largo de cinco artículos (J. Benavides 2013, 2015 a, b y c) he venido explicando lo que entiendo está siendo la base social, metodológica y epistemológica2, “cultural quizá”, de la comunicación de los valores en el contexto donde circulan de las marcas y la comunicación de las organizaciones con el indudable papel protagonista que tiene la propia tecnología en el desarrollo de estos procesos y la dificultad que tienen estos mismos procesos para ser transparentes y bien comprendidos en el ámbito de la sociedad.
En la actualidad el ciudadano vive y experimenta en muchos y diferentes niveles una profunda crisis de confianza y credibilidad frente a las organizaciones e instituciones, frente a la política y la economía y en general frente al poder mismo. Una desconfianza que no solo se ha profundizado en la crisis de 2008, sino que ha derivado en una crisis de naturaleza sistémica que afecta a la sociedad en su conjunto y cuyo origen muy probablemente remonta a los planteamientos filosóficos y políticos del siglo XIX.
A mi modo de ver, esta situación de desconfianza está abocando a una percepción de vivir el final de una época; una percepción profunda de no saber lo que espera al hombre y al tiempo una experiencia de inseguridad personal, mareo y vértigo comunicativo con la consiguiente y desagradable sensación de pérdida de valores y de un enfoque sobre lo que es la realidad y lo que significa la propia persona. Es cierto que se ha escrito mucho sobre lo que nos sucede. No hay día en que no aparezcan nuevas reflexiones y preguntas sobre la sociedad de la información o del conocimiento o sobre la nueva cultura de la tecnología…: ¿qué es lo está detrás de una persona que se pasa las horas muertas raspando la pantalla de su móvil, chateando sin parar, visualizando videos, votando por esto y aquello y al tiempo discutiendo de política y la orientación educativa de sus hijos?… ¿qué cabe opinar de una persona que dice tener su vida guardada en el pequeño dispositivo de su móvil y en su trabajo o en su domicilio consume las horas del día navegando por internet? ¿Con qué contenidos y valores explica su vida y orienta la de los demás si tiene responsabilidades en la gestión de su trabajo o en la vida educativa? … ¿qué cabe esperar de esa autorreflexividad, o si se prefiere autodidactismo, del ciudadano que habla de todo y participa de todo sin muchas veces saber los contenidos de los que habla?…