1. Introducción
A lo largo de su texto Immunitas: Protección y negación de la vida (2002), Roberto Esposito1 propone el paradigma inmunitario como clave hermenéutica para la comprensión de nuestro presente. En efecto, sugiere que la categoría de inmunidad adquiere mayor valor interpre- tativo porque es capaz de cortar transversalmente lenguajes específicos y reconducirlos a un mismo horizonte de sentido (cfr. Esposito, 2002, p. 3). De este modo, la inmunidad se presenta en planos aparentemente heterogéneos, como la lucha contra un virus ―discurso que se ha encarnado fuertemente en el reciente brote de covid-19 que dio origen a la pandemia que comenzó en 2019 y aún no terminó―; la oposición a la solicitud de extradición de un jefe de Estado acusado de violación contra los derechos humanos ―Esposito piensa en el ejemplo del dictador chileno Pinochet―; el refuerzo de las fronteras para evitar la inmigración clandestina; los virus informáticos, que han puesto en jaque recientemente a más de una compañía internacional y la han hecho perder millones de dólares ―solo en América Latina podemos pensar en los ciberataques contra Mercado Libre, la entidad bancaria BR Partners―, etc. Por lo tanto, sostiene Esposito, el horizonte de sentido al que reconducen todas estas prácticas de seguri- dad que buscan restablecer el orden frente al riesgo se entrelazan en el paradigma inmunitario.
De este modo, un primer acercamiento al concepto de inmunidad es el de comprenderla como la exigencia de reconstrucción de un equilibrio que se ha roto precedentemente. Sin embargo, en términos políticos, debemos decir que las formas comunitarias que se han dado a lo largo de la historia han contado con un sistema inmunitario. En otros términos, y para decirlo con Esposito, no se puede pensar algún tipo de comunidad que prescinda de toda inmunidad.
Ahora bien, si esto es así, ¿cuál es la característica de nuestro presente?, ¿por qué recurrir al paradigma inmunitario como clave interpretativa de nuestra actualidad si puede extenderse como análisis a lo largo de la historia?
2. La inmunidad y el riesgo de contagio
De los ejemplos que hemos tomado de Esposito, podemos estar seguros de algo: tanto una enfermedad como una intrusión violenta, ya sea en el plano de lo individual como en el de lo común, siempre ocurre en el ámbito del cuerpo. El cuerpo es el lugar en el que se sitúa la amenaza, pero el cuerpo es también el límite entre el interior y el exterior, entre lo individual y lo común (cfr. Esposito, 2002, p. 4). La inmunidad es, entonces, la respuesta a la intrusión de algo que desde el exterior penetra en nuestro cuerpo ―individual o colectivo― y lo transforma, lo altera, lo modifica, lo corrompe.