Resumen
En el presente estudio partimos de la pregunta por los efectos, en la vida personal, de la utilización generalizada de las nuevas tecnologías, de la exposición permanente a la conexión en red y de la recepción masiva de información. Fundamentados en el modelo antropológico de Zubiri, tratamos de precisar en qué pueden consistir estos efectos. A continuación, trataremos de mostrar si la infoxicación (consistente en aturdimiento interior por sobreexposición a información y mensajes virtuales, efecto de la exposición al exceso de imágenes y de la conectividad constante del individuo en redes sociales) puede ser una de las principales causas del eclipse del yo y de la interioridad, de la mutación del yo hacia su disolución espiritual y su dispersión en la exterioridad social, política y cultural. Finalmente, trataremos de esbozar una posible vía de resistencia y de antídoto ante tal situación en la experiencia del silencio.
Abstract
In this article we will investigate infoxication (the effect of exposure to excess of images and to the constant connectivity of the individual in social networks) as the primary cause of the loss of interiority, introspection and the consequent mutation of oneself towards its spiritual dilution and dispersion in the social, political and cultural exteriority. Based on the anthropological model of Zubiri, we will try to specify what these effects may consist of. Finally, we will present silence and disconnection as a possible way of resistance and antidote to the loss of self-knowledge and reflection.
1. Introducción
En nuestra cotidianeidad cultural parecen lejanas las experiencias de introspección y la revisión interior del alma semejantes a las que Agustín de Hipona nos muestra como necesaria para el camino a lo superior: «Noli foras ire. In teipsum redi. In interiore homine hábitat veritas» (San Agustín, 1975: 141).
Parecería definitivamente periclitado el lema socrático «conócete a ti mismo», a través del cual el filósofo ateniense pretendía que toda persona buscase la verdad partiendo del estudio de su interior y en diálogo con los demás.
Hoy, por el contrario, se lleva a cabo la exaltación del yo, pero no un yo íntimo y en continua apertura y búsqueda de la verdad, sino de un yo narcisista, cosificado, espectacularizado y enmascarado, disfrazado a través de un «perfil» que se exhibe pública e impúdicamente. Así, afirma Perniola, que
Nuestra propia imagen ha dejado de pertenecernos por entero, pero además la sentimos de un modo que nos parece extraño o, por decirlo así, prefijado. Si para el narcisista el mundo es un espejo en el que se mira a sí mismo, la experiencia de lo ya sentido es como volverse el espejo donde se mira el mundo (Perniola, 2008: 36).
En el presente estudio trataremos de desentrañar si es razonable mantener esta hipótesis, la de la pérdida del sentido y experiencia de la interioridad y la consiguiente mutación del yo.
Para ello, mostraremos, en primer lugar, los efectos que desde la neurociencia se aportan respecto de la exposición masiva en el «yo» a las nuevas tecnologías y al ámbito de lo virtual. En segundo lugar, trataremos de fundamentar qué entendemos por «yo» y cuál puede ser, desde esta perspectiva antropológica, la razón de los efectos de lo que han aportado dichos neurocientíficos.
En tercer lugar, trataremos de contrastar si la infoxicación (efecto de la exposición al exceso de imágenes, la conectividad constante del individuo en redes sociales, consistente en aturdimiento interior por sobreexposición a información y mensajes virtuales) pueda ser la causa primera de dicha mutación del yo y de la imposibilidad del autoconocimiento y de la introspección.
En cuarto lugar, trataremos de mostrar cómo la infoxicación va acompañada y cataliza la monoforma (procedimiento narrativo generalizado –en tv, cine, internet…– consistente en un discurrir vertiginoso, comprimido y acelerado de contenidos fragmentados, llamados a provocar sorpresa y saturación constantes). La monoforma que impide la pluralidad de pensamientos y la hondura de la reflexión personal, así como da pie para la imposición de una monocultura (modelo cultural único que se impone como mentalidad dominante), trae como efecto el eclipse del sujeto cultural. A esta monocultura le sigue, a su vez, la pérdida de la capacidad del ejercicio de la libertad de los individuos, así como la corrupción del sentido mismo de la palabra libertad, todo ello como resultado de este aturdimiento de lo espiritual.