Resumen
La primera ola de la pandemia de la Covid-19 asoló, entre los meses de marzo y julio de 2020, a toda España con Madrid como epicentro de los contagios y fallecidos. Pese al confinamiento general de la población impuesto el 14 de marzo de 2020 el periodismo informativo continuó como un servicio esencial desempeñando su habitual labor. Este nuevo paradigma global transformó los usos y las costumbres tanto de emisores como de receptores. Por todo ello, el objetivo principal de esta investigación es conocer la opinión del «periodismo de pandemia» de un colectivo específico mediatizado, con un perfil de prosumidor y que ha convivido con el peor escenario de la enfermedad en su primera ola: los estudiantes del Grado en Periodismo de las universidades madrileñas. El método de análisis se basa en una encuesta de opinión cuyos resultados nos muestran cómo el consumo informativo de este grupo se centralizó casi en exclusiva en los medios digitales y las redes sociales. Además, el presente estudio revela que los encuestados se muestran críticos con la veracidad de las noticias y la existencia de fake news y se comprueba el problema de la sobreabundancia informativa acerca de la pandemia, lo que se ha conceptualizado como infodemia. Por último, se observa un escaso nivel de alfabetización mediática de los estudiantes, así como una falta de mecanismos para sortear las amenazas del periodismo en la era de la posverdad.
Abstract
The Covid-19 pandemic has devastated all of Spain with Madrid as the epicenter of infections and deaths. Despite the general confinement of the population, news journalism continued as an essential service, carrying out its usual work. This new global paradigm has transformed the uses and customs of both emitters and receivers. For all these reasons, the main objective of this investigation is to know the opinion of «pandemic journalism» of a specific media group, with a prosumer profile and who has lived with the worst scenario of the disease: the students of the Journalism Degree of Madrid universities. The method of analysis is based on an opinion poll, the results of which show how the consumption of information by this group has been almost exclusively centralized in digital media and social networks. In addition, the present study reveals that the respondents are critical of the veracity of the news and the existence of fake news and the problem of the overabundance of information about the pandemic is verified, which has already been conceptualized as an infodemic. Finally, there is a low level of student media literacy, as well as a lack of mechanisms to overcome the threats of journalism in the post-truth era.
1. Introducción y objetivos
El Gobierno de España decretó el Estado de alarma para todo el territorio nacional del 14 de marzo al 21 de junio de 2020 ante la situación provocada por el SARS-CoV-2. Su entrada en vigor, anunciada por el presidente Pedro Sánchez tras una reunión del Consejo de Ministros, implicó la reducción inmediata de ciertas actividades, salvedad de aquellos servicios considerados como «esenciales» que encararon la nueva situación sumidos en un contexto de gran incertidumbre. Dentro de estos últimos, se encontraban los medios de comunicación, que asumieron la difícil tarea de informar en medio de un panorama confuso y donde los datos sobre la enfermedad aumentaban de manera diaria.
Así pues, el periodismo continuó con su labor informativa, desplegando el rol social que se le atribuye (Casero-Ripollés, 2020; Lázaro-Rodríguez y Herrera-Viedma, 2020), además de su función democrática de informar y construir opinión (Kovach y Rosenstiel, 2007; Habermas, 2006). Sin embargo, y pese a ese reconocimiento de esencialidad, su trabajo llegó a cuestionarse hasta el punto de que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) incluyó, en el avance del barómetro del 15 de abril, el siguiente interrogante:
¿Cree Ud. que en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas por las redes y los medios de comunicación social, remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones? (CIS, 2020, pregunta 6).
La pregunta, que obtuvo un apoyo del 66,7 % de la población, abrió un debate sobre el papel que debían desempeñar los medios de comunicación en una situación de emergencia como la determinada por el coronavirus y planteó como necesaria la revisión de la situación actual del periodismo, sus fortalezas, amenazas y retos futuros. La investigación que aquí se presenta ha intentado aportar respuestas y lo ha hecho a través de un objetivo principal: conocer la opinión de un sector específico de la población, los estudiantes del Grado en Periodismo, considerados prosumidores especiales por su formación y por el impacto que las informaciones podían causar en su desarrollo profesional. Para dar luz sobre estas cuestiones se han planteado una serie de hipótesis y subhipótesis:
H1: La preocupación directa y personal de los estudiantes de periodismo por la pandemia ha sido el factor principal que ha promovido el aumento o disminución del consumo mediático.
SH1: La situación de confinamiento generalizado ha provocado en los estudiantes de periodismo un consumo televisivo superior al de los medios online.
H2: La crítica hacia el papel del periodismo durante la pandemia ha aumentado a medida que los estudiantes han estado más familiarizados con la profesión tanto a nivel de conocimientos (cursos más altos) como laboral (realización de prácticas).
SH2: Las fake news han afectado en mayor medida a los cursos más bajos de los estudiantes de periodismo.
Más en concreto, este trabajo se ha centrado en el alumnado de periodismo de la Comunidad de Madrid, al ser este territorio el más afectado por la Covid-19 en la primera ola pandémica, con más de 8.400 víctimas mortales y cifras superiores a los 72.000 contagiados a fecha de 3 de julio (Ministerio de Sanidad, 2020). En pleno confinamiento (19-23 de abril), Madrid ya despuntaba tanto a nivel nacional, acaparando más de un 28% de los contagiados de España, como a nivel europeo, equiparándose a regiones como Lombardía –tal y como se observa en la Figura 1– donde el virus había golpeado fuerte desde su llegada al viejo continente. De igual modo, el Estudio Nacional de sero-epidemiología (ENE-Covid) llevado a cabo por el Instituto de Salud Carlos III a fecha de 3 de junio también reconoció a Madrid como una de las Comunidades con un mayor número de personas que habían desarrollado anticuerpos; más de un 11% de su población (Pollán et al., 2020).