Resumen
El acceso mayoritario a la educación transforma las aulas y evidencia la diversidad de la sociedad. La escuela enfrenta este reto desarrollando prácticas de agrupación dentro del aula. El problema surge en el análisis de los criterios empleados en las mismas. Presiones de los programas, evaluaciones externas y de la comunidad educativa conducen al logro de resultados inmediatos, conculcando la unidad del proceso educativo. Agrupar exclusivamente en función del nivel académico, especialmente durante los primeros años de escolarización, condiciona negativamente el posterior rendimiento del alumnado. La educación bilingüe debe colaborar al desarrollo de criterios adecuados de agrupación en las aulas.
Introducción
Nunca como ahora, la educación había encabezado las listas de prioridades, tanto a nivel político, como en las conversaciones diarias de cualquier ciudadano. Asumida como un derecho universal, la educación es analizada y estudiada por los investigadores, criticada por los medios de comunicación y cuestionada, en general, por todos.
Los programas educativos no han permanecido ajenos a los cambios sociales, económicos o políticos. Y la escuela, como cualquier organismo vivo, crece y se transforma inevitablemente.
Por un lado, se ha visto abocada a una necesaria reelaboración del marco de contenidos que forman la base del aprendizaje en los primeros años de vida: un currículum globalmente aceptado por la mayoría de las comunidades educativas, sobre el que los alumnos deben aprender en la Escuela Primaria. La investigación profundiza en los diseños curriculares y en los programas; los enriquece y modifica en un constante y responsable ejercicio por definir correctamente las bases del conocimiento, las destrezas, los valores y las necesidades de la sociedad actual.
Por otro lado, la preocupación por la ciencia y su ordenación en un conjunto de conocimientos a adquirir, se completan con el desarrollo de la práctica educativa. El estudio del modo en el que el saber se transmite, define otro campo de investigación pedagógica, centrada en el papel del profesor y en su relación con los alumnos.
Hemos abierto las puertas de las escuelas y encontramos que, en cada una de ellas, se abre un escenario apasionante donde tienen lugar acciones de aprendizaje que implican procesos variados y complejos; todos ellos afectan al desarrollo integral de la persona.
Los profesores enfrentan cada día la maravillosa, pero ardua realidad, de las diferencias individuales. Comprueban que no todos los alumnos aprenden de la misma manera. Que la mera transmisión de conocimientos no tiene lugar de forma uniforme y lineal, por definidos que establezcamos los objetivos y contenidos, por organizados que se presenten en cursos académicos o etapas educativas. Como reacción, se multiplican los métodos, didácticas y estudios en búsqueda de respuestas sobre el mejor modo de enseñar y las distintas formas de aprender, en un desesperado y necesario intento de llegar a todos, de responder a esa realidad universal que debe ser la educación.