El Ministerio del Tiempo (TVE, 2015-) está llamada a ser la serie española de televisión que va a revolucionar la industria televisiva en nuestro país. Las historias y tramas ideadas por los hermanos Olivares –Pablo y Javier– confirman la premisa que dicta que, gracias a las series de televisión, los espectadores podemos viajar a lo largo de los tiempos pretéritos, contemporáneos y futuribles.
Algo parecido ocurre con el libro Ficcionando en el siglo XXI, pues permite al lector echar la mirada atrás por la historia más reciente de la ficción nacional, identificando las bases fundamentales de esta industria creativa y audiovisual desarrollada en el último quindenio y que ha sido determinante para, dando un pasó más allá, conseguir una obra maestra como #ElMinisterioDelTiempo, que combina a la perfección historia, ciencia ficción y comedia.
Veinticinco autores entre académicos, profesionales e investigadores de la televisión, introducen al leedor –como si se tratase de un miembro más del público invitado al set de grabación de Siete Vidas (Telecinco, 1999-2006) o de un asistente a la mesa italiana de El Barco (Antena 3, 2011-2013)– en los entresijos de las ficciones españolas más recientes. Estamos, por tanto, ante un volumen colectivo especializado en la narración audiovisual, televisiva y ficcional, que ha sido coordinado por las investigadoras Belén Puebla, Nuria Navarro y Elena Carrillo.
Series como Todas las mujeres (TNT, 2010), Crematorio (Canal+, 2011), El tiempo entre costuras (Antena 3, 2013-2014), B&B (Telecinco, 2014-2015) y Velvet (Antena 3, 2014-) son, además, algunas de las ficciones analizadas en este libro por autores como Concepción Cascajosa, Mario García de Castro, Mario Rajas, Teresa Bellón, Pedro J. Gómez, Laura Pousa, Rubén Romero, Rubén Sánchez Trigos, Edisa Mondelo y Andrés Peláez.
El monográfico se estructura en tres bloques y consta de dieciocho capítulos. El primer bloque trata la ficción televisiva desde una perspectiva más general. Así, el capítulo número uno está dedicado a la evolución de las estructuras narrativas de las series televisivas españolas, cuyo punto de inflexión se ubica en la apertura del mercado con la llegada de las cadenas privadas. Por el contrario, el capítulo dos versa sobre la involución en la creación de contenidos por parte de las industrias culturales, las casusas del retroceso creativo y el perfil de los nuevos espectadores. Cierra este bloque el capítulo tres firmado por Antonio Gonzalo Quiroga dando respuesta a preguntas esenciales para todo realizador, descubriéndole así el proceso de trabajo de una serie desde dentro y a través de numerosas entrevistas a colegas del sector.
El segundo bloque está dedicado a los principales géneros ficcionales. Así, la comedia llega al lector en el capítulo cuatro de la mano de Inmaculada Gordillo quien focaliza su atención en los modelos estructurales y narrativos. En el capítulo cinco los investigadores encontrarán gran diversidad de variables para analizar las sitcom nacionales y extranjeras de forma comparativa. El drama televisivo protagoniza el capítulo seis –escrito por una de las coordinadoras, Nuria Navarro, y José Agustín Carrillo– a través de una caracterización que trata de delimitar las diferencias entre el drama episódico y la soap opera. Los héroes y heroínas tienen cabida en el capítulo siete en un profundo análisis realizado por Javier Naya de la estrategia emocional de los principales personajes de la serie El tiempo entre costuras, surgida a partir de la novela homónima de María Dueñas.
Si bien el capítulo ocho está dedicado a identificar las características definitorias de la dramedia española así como su proceso creativo, el nueve utiliza el paralelismo entre El Barco y Médico de familia (Telecinco, 1995-1999) para mostrar la evolución de este subgénero o formato tan presente en la ficción nacional.
El tercer y último bloque detecta e identifica las tendencias de la ficción patria. Así, la familia ocupa un lugar especial tanto en las series españolas como a lo largo de todo el libro, especialmente en el capítulo diez firmado por Vicente Peña y María Jesús Ruiz Muñoz quienes analizan la genealogía de las sagas familiares más relevantes en ficciones como Cuéntame cómo pasó (TVE, 2001-), Vientos de agua (Telecinco, 2006), La dársena de poniente (TVE, 2006-2207), Herederos (TVE, 2007-2209), La Señora (TVE, 2008-2010), Gran Reserva (TVE, 2010-2013), Tierra de lobos (Telecinco, 2010-2014), Gran Hotel (Antena 3, 2011-2013), Isabel (TVE, 2012-2014) y Velvet (Antena 3, 2014-).
Por su parte, el capítulo once de Mª Josefa Formoso introduce al lector en el universo de las telenovelas a través de una clasificación realizada a partir de sus públicos y temáticas. El género policíaco tiene cabida en el capítulo doce dedicado a la ficción criminal con series como Los misterios de Laura (TVE, 2009-2014) y El Príncipe (Telecinco, 2014-), fruto del auge del infoshow y la televisión de sucesos. La evolución de las series de fantasía ocupa el capítulo trece que culmina en el análisis de la imaginativa serie El Ministerio de Tiempo, aún cuando roza el período temporal delimitado para la detección de casos tratados en el monográfico.
El género biográfico es desarrollado por Lucía Salvador y Dunia Eturia en el capítulo catorce a través de las biopics de personajes ejemplarizantes como Vicente Ferrer y Clara Campoamor o populares como Paquirri. Y alejándose en cierta medida del medio televisivo, el capítulo quince versa sobre las webseries. Se trata de producciones audiovisuales y ficcionales creadas para ser emitidas por internet, cuyas peculiares formas de financiación, distribución y promoción distan en cierta medida de las ficciones televisivas, tal y como se desprende del texto de Julio Moreno Díaz.
Manteniendo el referente en la ficción norteamericana, el capítulo dieciséis versa sobre el canon de las series de calidad y culto. Y para ello Alfonso Cuadrado estudia dos casos españoles: ¿Qué fue de Jorge Sanz? (Canal+, 2010) y Crematorio (Canal+, 2011), analizando sus estrategias de producción y características formales. Uno de los capítulos más reflexivos es el diecisiete que medita sobre la relación directa entre las formas de producir una serie y la narrativa propiamente televisiva, tratando además conceptos como divisibilidad audiovisual, autoría e identidad. Cierra el tercer bloque, un capítulo curioso, el dieciocho, en el que Teresa Gema Martín Casado y Mercedes Miguel Borrás ceden el foco de atención sobre las series a las marcas confirmando que “La creatividad publicitaria y la comunicación de empresa se convierten así en elementos narrativos naturales y cotidianos” (416). Se trata, por tanto, de un texto especialmente interesante para estudiantes y apasionados de la identidad y la comunicación corporativa así como del branding.
En suma, Ficcionando en el siglo XXI consigue mantener el interés del espectador en la ficción nacional, trasladando su canal de recepción de la pequeña pantalla al libro, el soporte por excelencia para los nostálgicos lectores. De esta manera amplía y profundiza en los detalles, genera conocimiento adicional sobre la ficción nacional y la industria televisiva y aprovecha la expectativa generada en 2012 por Puebla, Carrillo e Íñigo. Y lo hace gracias a la identificación de un tema de profusa aceptación por parte de los espectadores y leedores, a través de la seriedad de su tratamiento, el enfoque multidisciplinar y diverso de los subtemas elegidos, así como del rigor del trabajo realizado por autores y coordinadoras. Valores profundamente demandados por lectores, espectadores multipantalla, seguidores y fans virtuales, profesionales, académicos, investigadores y estudiantes de comunicación. Amantes, al fin y al cabo, del universo en el que gravita la ficción española y la industria televisiva, quienes desean que sigan surgiendo historias audiovisuales para desarrollar manuales de referencia como este.