Es virtud de un estudioso e investigador de la Historia aprovechar una “mina documental” cuando esta se presenta. Los hay que hallan un fondo inédito y jugoso y, cuando lo trabajan posteriormente, su trabajo decepciona. Pero también nos encontramos investigadores como Ernesto Villar, que encuentran un fondo documental y después de trabajarlo ofrecen un resultado de su investigación tan brillante como el que nos ocupa
Quienes hemos conocido la trayectoria investigadora de Ernesto Villar no nos ha sorprendido la calidad y eficacia de un trabajo como el que aquí se presenta. El autor no es un novato ni en el análisis del periodo que es objeto de investigación en este trabajo, ni lo es en la investigación con rigor de episodios controvertidos de la reciente historia de España. Ahí están sus libros de investigación sobre el magnicidio del Almirante Luis Carrero Blanco o su coautoría en un trabajo sobre los luctuosos hechos del 11 de marzo de 2004.
Y ahora estamos, como se informa en la misma portada, ante una “historia inédita de la Transición”. Después de este trabajo conocemos mejor un periodo todavía escasamente trabajado por los historiadores, la Transición. Y la cubierta no engaña, lo hacemos desde una perspectiva absolutamente novedosa hasta ahora: los servicios secretos, es decir, las entrañas de un estado en proceso de cambio.
Continúa así el autor trabajando en un tiempo muy reciente, y donde no son pocos los trabajos que se han publicado en los que se analiza, desde una perspectiva histórica y no como análisis periodístico o político, el periodo inmediatamente anterior e inmediatamente posterior a la muerte del dictador Francisco Franco. Pero este trabajo de Ernesto Villar es diferente. Quienes hemos trabajado con documentación procedente de servicios secretos, entidades de espionaje u organizaciones clandestinas, sabemos muy bien lo sustancioso que resulta la información que este tipo de fuentes proporciona acerca de ámbitos y círculos políticos, como es el caso que nos ocupa. Pero, además, somos conscientes de los peligros que entraña no realizar una buena exégesis valorativa y crítica de esa fuente que, en ocasiones exagera impresiones, extrae conclusiones precipitadas o, incluso, el autor del documento trata de aparecer como el mejor y más informado de una situación concreta y presume de saberlo todo, cuando es el primer engañado.
Todo ello ha sido muy bien tenido en cuenta por el profesor Villar. No se ha dejado embaucar por los papeles, ni fascinar por las afirmaciones llamativas u originales. Es verdad que el grueso de la documentación utilizada, como bien se explica, lo constituyen esos más de un centenar de jugosos “Boletines de Situación del SECED” y ello es el principal pilar a partir del cual se construye esta investigación y sus resultados. Pero el autor, riguroso y profesional, ha acudido a otros fondos documentales para matizar, comprobar, corroborar, desmentir, cuestionar, etc… esas informaciones y/o aseveraciones de “los espías de Suárez”: el AGA, Presidencia del Gobierno, el archivo del PCE, el Archivo Linz o, cómo no, la hemeroteca. Otro necesario complemento en un trabajo como este es una extensa bibliografía y, dentro de ella, no faltan principales obras memorísticas o testimoniales de quienes ocuparon papel protagonista en aquella etapa de la Historia de España. Y, al tratarse de un periodo tan reciente, no podía faltar el recurso a las fuentes orales con más de una decena de testimonio de personajes de primera fila en el tiempo que nos ocupa, incluso de un agente, al que al autor se refiere como “Selas” y que, en línea con el tema de la obra, se trata de un espía cuya identidad únicamente él conoce.
Una de las grandes virtudes de este libro, y tiene muchas, es la elección de los títulos de los capítulos y los epígrafes de los mismos. Se trasluce, claramente, la formación periodística del autor. Tal vez, a algún purista académico le choque o incluso le escandalice. A mí me parece de una frescura necesaria en la historiografía. Los historiadores profesionales necesitamos aprender a divulgar los resultados de nuestras investigaciones. No tiene sentido y es de una petulancia ridícula, utilizar lenguaje complicado o en exceso académico con pretensiones igualmente ridículas de parecer sabios. La calidad y el rigor en la exposición de los resultados de una investigación no están reñidas con la claridad en la comunicación de los mismos y el lenguaje atractivo y provocador para atraer a esos lectores a los que queremos ilustrar sobre un episodio, un periodo o un personaje del pasado. Y este libro es claro, muy riguroso y extremadamente fácil de leer. Cuando un periodista, como es el caso, aprende el oficio de historiador, los lectores salen ganando; pero, eso sí, cuando, insisto, aprende el oficio y se da cuenta de que investigar en la ciencia histórica es cosa distinta a la de hacerlo en el periodismo. Y Ernesto Villar se ha dado cuenta y lo ha hecho. Desde las primeras líneas de este libro, el lector queda atrapado por el estilo fresco y ágil para transmitir los conocimientos y las conclusiones de esta rigurosa investigación.
Y en su calidad, también, de docente, comienza su trabajo explicando al lector cuál es el contexto en el que hay que enmarcar la actividad de los servicios secretos que conoceremos en el trabajo a través de los boletines analizados. En esa línea, se hace necesario explicar, y se resuelve con brillantez, en qué consistían, qué características tenían y cómo y por quién se elaboraba esta documentación secreta que se manejaba en los interiores de un aparato del Estado… en transición de un régimen a otro. Complementa esa exposición con el análisis de dos personajes significativos que eran objeto de preeminente atención por el SECED: Carrillo y Tarancón. Y, una vez situado bien el contexto y explicadas bien las fuentes que se han manejado para conocer la Transición que vivieron los servicios secretos, el autor procede al atractivo relato de la historia de la España de la Transición hasta las elecciones del 15 de junio de 1977 vista a través de los ojos de los servicios secretos SECED.
Cuando uno finaliza el libro, el profesor Villar invita al lector a conocer más mediante el acceso al texto completo de la tesis doctoral que está en el origen de este trabajo. Es una invitación apropiada y sugerente para el lector que haya culminado la lectura del libro, pero, además, es casi una obligación para quienes estén interesados en el estudio y/o profundización de esta etapa de la reciente Historia de España. Encontrarán muchas claves más para entender este periodo tan apasionante. Hace poco un compañero me pedía ayuda en un trabajo de investigación que ha de acometer sobre un tema político de la España de hace cuarenta años; simplemente le mostré este libro. Es necesario que lo lea para conocer mejor la Transición española.